Soluciones / Educación

Promocionamos actitudes que eviten riesgos y fomenten la seguridad

Los centros educativos deben ser seguros y saludables, es el lugar en el que los padres y madres depositamos nuestra confianza y donde más tiempo pasan nuestros hijos, desde la infancia y durante su juventud. Por ello, en SABICO CONTRA INCENDIOS, pensamos no sólo en la prevención de los daños, los centros deben disponer de un plan de prevención de incendios y de los medios necesarios y en perfecto estado de uso para que, en caso de ser necesarios, eviten riesgos y fomenten la seguridad.

Cada centro tiene sus propias características en lo que se refiere a su ubicación, plantas construidas, volumen de alumnos… que contemplamos a la hora de realizar el Plan de Autoprotección para garantizar que todo ha sido actualizado, revisado e implantado adecuadamente:

  • Identificación de los elementos combustibles presentes en el Centro Educativo como puede ser madera, papel, textiles, líquidos inflamables, gas, etc.
  • Retirada de elementos combustibles carentes de uso actual y futuro como mobiliario obsoleto, materiales innecesarios, aparatos y material deportivo inservible, equipos informáticos en desuso, bombonas de gas, etc.).
  • Retirada de mobiliario y otros objetos combustibles situados en elementos y vías de evacuación del edificio.
  • Cuando la superficie total construida sea mayor de 2.000 m², el Centro estará protegido por una red de bocas de incendios equipadas (BIE).
  • La red de instalación contra incendios deberá ser totalmente independiente de la instalación de cualquier otro uso, así como su acometida.
  • El edificio contará con una toma al menos en fachada para uso exclusivo de bomberos.
  • La red de tuberías de alimentación debe ser de acero galvanizado en tendido visto por techos de pasillos, pudiendo ser de otro material en los tramos en que vaya enterrada si está convenientemente protegida.
  • En los espacios exteriores existirán los hidrantes necesarios según normativa vigente.
  • El conjunto de la instalación de detección y alarma automática dispondrá de dos fuentes de alimentación diferenciadas, según la reglamentación vigente.
  • Instalación adecuada para la extracción de humos (campanas, conductos, filtros) en cocinas, laboratorios y talleres.
  • Prohibición de uso de sistemas de calefacción no autorizados.
  • Control y/o eliminación de posibles focos de ignición.
  • Sustitución de elementos combustibles.
  • Alumbrado de emergencia en centros educativos de más de 300 personas.
  • Instalación y mantenimiento de elementos pasivos contra incendios.
  • Sistemas de comunicación de alarma a los ocupantes con señales acústicas y ópticas (impactos visuales) complementadas, en su caso, con comunicaciones verbales. Correcta señalización de elementos contra incendios.
  • La realización de obras de reforma, redistribución, etc., en el conjunto edificado, debe ser técnicamente viable antes de su ejecución.
  • El entorno del edificio docente debe permitir la acogida de todos los ocupantes en zonas exteriores seguras.
  • Deben evaluarse las condiciones de accesibilidad al contexto docente de los distintos servicios de emergencia (bomberos, ambulancias, etc.).

La norma básica de autoprotección de los centros, establecimientos y dependencias, dedicados a actividades que puedan dar origen a situaciones de emergencia establece los criterios esenciales, de carácter mínimo, para la regulación de la autoprotección, para la definición de las actividades a las que obliga, y para la elaboración, implantación material efectiva y mantenimiento de la eficacia del Plan de Autoprotección. Por ello, En SABICO CONTRA INCENDIOS aunque comenzamos por analizar, identificar y evaluar los riesgos potenciales que enfrentamos para establecer las medidas y recursos necesarios para la prevención y extinción de incendios, apostamos por lograr la implicación de los alumnos, especialmente de los más pequeños en los planes de seguridad.

Los sistemas de protección contra incendios no están pensados para los niños y eso es un problema grave, ya que dependen totalmente de un adulto para poder salir de una situación de emergencia.

Por un lado, hay impedimentos físicos que hacen que los niños no puedan escapar de un incendio por sus propios medios:

  • Las puertas corta fuegos son demasiado pesadas.
  • Las puertas no disponen de una barra antipánico a su altura.
  • Los extintores son grandes y pesados para que los puedan usar.

Por otro lado, no se involucra a los niños de una manera real en los planes de evacuación de un colegio. Es decir, los niños no saben identificar las señales dispuestas por el centro escolar, los simulacros de evacuación se realizan siempre acompañados de adultos, etc.

Somos conscientes que en la mayoría de los casos un adulto estará presente en la evacuación del centro escolar, pero nos parece imprescindible (y nuestros casi 40 años de experiencia así lo demuestran) que es necesario hacerles partícipes de los planes de evacuación y de los elementos contra incendios a utilizar de una manera activa:

  • Uso real de extintores.
  • Simulacros de evacuación sin adultos.
  • Formación en el significado de las señales.

Los alumnos tienen que ser parte activa y consciente de un plan de emergencias. De esta manera, en caso de ser necesario, podrán ponerlo en práctica y a medida que vayan creciendo, serán adultos formados en sistemas de protección contra incendios.